Claudia despierta una mañana y descubre que a su alrededor el color gris lo está impregnando todo. La respuesta a lo que ocurre vendrá de unos pequeños duendes, que le exponen el peligro que azota al mundo de los sueños: en este remoto paisaje, la Dama de los Sueños, responsable de las fantasías que los humanos soñarán cada noche, ha caído en una profunda tristeza al perder a su hijo por territorios lejanos e incapaces de alcanzar por los habitantes de este lugar. Claudia no dudará en ayudar a estos nuevos amigos, ya que sin sueños el mundo de los seres humanos se iría volviendo cada vez más descolorido y triste. Con esta narración infantil en la que se aprecian influencias de Lewis Carroll o Michael Ende , irrumpe Marta Reguero en el panorama literario haciendo gala de una buena disposición para construir escenarios fantásticos con la fluidez de un lenguaje cuidado, una prosa equilibrada y lírica. Se trata de una obra de iniciación que encierra, no obstante, el germen que identifica a una estupenda narradora. El objetivo del cuento no es otro que rendir homenaje a las lecturas que marcaron la infancia de los lectores adultos, a la vez que servir de estímulo para que los más jóvenes descubran el placer de la literatura.
