El arranque es una fábula, Biedermann y los incendiarios, que muestra cómo un ciudadano de clase media del todo corriente -el señor Biedermann- cierra los ojos ante el avance de fuerzas destructoras que amenazan a su sociedad, tal como ocurrió con el nazismo. El objetivo, un aviso: El nazismo ganó adeptos apelando a su identidad racial (los arios); el comunismo lo hizo apelando a su identidad social (el proletariado); y el islamismo apela a su identidad religiosa. El relato es un análisis de cómo afrontaron en Dinamarca y Europa el desafío islamista tras la publicación de las caricaturas de Mahoma.