En 1980 Joaquín Soler Serrano dedica dos programas a Jorge Amado . En el primero destaca la personalidad de uno de los novelistas más prolíficos del siglo. Algunas de sus obras son llevadas al cine y a la televisión con un gran éxito, como es el caso de Doña Flor y sus dos maridos (1966) y Tieta de agreste (1977): «Yo soy un contador de historias, no soy un escritor complicado, intelectual. Creo en la fuerza del pueblo, la fuerza de la gente que está abajo, de lo que hay más pobre, que también es nuestra riqueza mayor». El compromiso social de Jorge Amado es un tema recurrente en la entrevista. Padece la cárcel, la tortura y el exilio, que le llevará por todo el mundo. «No se encuentra nada en común en nuestras literaturas. Lo que nosotros tenemos en común en Latinoamérica es solamente lo negativo, o sea, la miseria, el hambre, el militarismo, el subdesarrollo, el analfabetismo y la muerte». En el segundo programa, Jorge Amado nos descubre su faceta más íntima. Le acompañan su mujer, la novelista Zélia Gattai , y el pintor brasileño José Calasanz Neto , agitador cultural e ilustrador de alguno de sus libros. Jorge Amado retoma su tema predilecto, Bahia y su metrópoli: «Es una ciudad barroca maravillosa, de colores, como lo es toda la pintura de los pintores bahianos, nuestra literatura, todo».
