Este programa es de la última etapa de A FONDO y ya se graba en color. Rodoreda acaba de editar el segundo volumen de sus obras completas (1978), y aún publicará Quanta, quanta guerra... (1980) antes de morir en 1983. Una de las autoras más traducidas recuerda las dificultades iniciales con su lengua literaria: «Al decidirme a escribir me encontré con el problema de que no sabía escribir casi una carta en catalán, como todo el mundo, por la educación en castellano». Mantiene una obstinada autocrítica «Sólo tengo tres libros y medio, sin ocultar influencias, como la de Cela y Delibes en su novela más conocida: La Plaça del Diamant (La Plaza del Diamante , 1962). Son constantes las reflexiones literarias: «El autor tiene que desaparecer. Lo importante en una novela son los detalles. Cuando escribes a veces tienes la sensación de que las cosas que escribes te las soplan». Se reconoce como una mujer introvertida: «Toda mi juventud ha sido una reclusión y la guerra civil me catapultó fuera de España durante veinticuatro años», y apasionada: «Hay que vivir peligrosamente». A su regreso del exilio, «un exilio voluntario, por razones extraoficiales», se instala en Romanyà de la Selva, Girona, «desde donde veo media Cataluña. Es la gran aventura de mi vida».
