Alemania goza de una compleja red urbana y una buena integración entre el campo y la ciudad. No se trata de un paÃs centralizado, con una gran metrópoli como es el caso de Francia o Gran Bretaña, con ParÃs y Londres como capitales omnÃvoras y gigantescas frente al resto de ciudades del paÃs. Por el contrario, en la República federal es difÃcil establecer cuál es la ciudad más importante, ya que la producción y la gestión están repartidas en muchos polos urbanos. Ni siquiera el crecimiento previsto de BerlÃn puede debilitar un entramado urbano que se ha ido forjado en el curso de una compleja historia polÃtica y que mide el peso de las ciudades también por la presencia de instituciones polÃticas, repartidas por el territorio sobre la base de los principios del federalismo.Al igual que sucede en Italia, Alemania es heredera de una antiquÃsima tradición urbana: Colonia y Bonn en el valle del Rin, Augsburgo y Ratisbona en el alto Danubio, son ciudades de origen romano; la fundación de sedes arzobispales como Hamburgo, Bremen y Magdeburgo se remota a época carolingia.
