Muy popular en Europa a lo largo de la Edad Media, el fenómeno del amor cortés parece tener su origen en los trovadores del siglo XI. En sentido estricto se refiere a la relación estilizada e idealista entre un caballero y su dama, surgida de los principios de la caballería y que, según la convención, suponía un amor no correspondido, de manera que la recompensa del caballero por su devoto servicio era meramente espiritual. Este tipo de relación llegó a ser una poderosa fuerza que modeló la literatura de la época, sobre todo a través de su contribución a los relatos de amor y caballería, tan populares desde entonces.