El libro se divide en tres partes en las que la autora progresa en el consuelo de las heridas a través del arte, de la palabra y del bálsamo que suponen las pequeñas cuestiones de la existencia, O el oloroso vino de los sueños. Rosaura Álvarez nos habla a media voz, casi con la luz apagada, con la intimidad cómplice de la inteligencia de quien susurra al oído, aún a su pesar, y sabiéndose desguarnecida busca O un chal para los hombros:la palabra. María Rosal , Cuadernos del Sur / Diario Córdoba , 3.5.2007.