Los seis nombres reunidos en este libro forman “una constelación en el cielo de la historiaâ€: seis autores que no compartieron las encendidas visiones de progreso infinito y felices transiciones hacia democracias esta- bles y perpetuas, tan difundidas en las últimas décadas del siglo pasado. Para Adolfo Gilly, los protagonistas de las muchas guerras de libera- ción y revoluciones sociales de ese siglo estuvieron impulsados no por una visión precisa de un mundo futuro, sino por la insoportable condi- ción de ése en el cual vivÃan. Su violencia se nutrÃa, en palabras de Walter Benjamin, “de la imagen de los antepasados esclavizados y no del ideal de los descendientes liberadosâ€. Se nutrÃa pues de la experiencia acumu- lada del pasado, es decir de la historia, tal como ésta se preserva en las mentes; la memoria y las relaciones cotidianas de los subalternos. Aquellos seis autores quisieron, en efecto, “cepillar a contrapelo el pelaje demasiado brilloso de la historia†(Benjamin); propusieron y defi- nieron la tarea de estudiar y recuperar la historia de las clases subalternas (Gramsci); quisieron llevar al proscenio al “inmenso reparto de actores secundarios†y mostrar “el enfrentamiento entre la economÃa de inerca- do innovadora y la economÃa moral de la plebe, arraigada en la costum- breâ€, en su red de solidaridades y obligaciones mutuas; Desarrollaron asà una mirada que no sólo ve la relación entre dominados y dominadores sino que considera las complejas relaciones entre subalternos, la “esfera autónoma†(Guha) de su polÃtica, su imaginario común enraizado en la experiencia, y —en México— reivindica la historia propia de los pueblos indios, ignorada o distorsionada en beneficio de las narraciones histó- ricas de los grupos dominantes, creadores de la idea de la nación mexi- cana (Bonfil Batalla). Describieron y sacaron a la luz el lado oculto de la Gran Tiansformacion (Poianyi), la inconmensurable destruccion que significó y significa la imposición violenta del me
