Este volumen presenta el arte y la arquitectura del siglo XIV, cuando el gótico alcanza todo su esplendor, tanto en la arquitectura como en la pintua y la escultura (que se concitan en tallas y retablos) y recoge sus más destacados protagonistas, desde Giotto o Duccio hasta la impresionante obra de Ferrer Bassa en el Monasterio de Pedralbes en Barcelona. La obra, que ilustra asismismo las diversas implicaciones con el contexto geopolítico de la Europa de su tiempo, subraya el dualismo típico de la época entre un profundo sentimiento religioso y la animada vida de la corte que impulsó un extraordinario florecimiento de las artes. Los centros de producción se dividen en grandes áreas que corresponden al equilibrio de poderes de la época: el Imperio Romano, Inglaterra, España, Portugal, Italia y Francia.