Año tras año, cada vez más personas descubren el placer del descenso de ríos. No importa si eres de los extremos o de los conservadores, si lo que te gusta es ser arrastrado por la corriente, con la espuma blanca salpicándote la cara mientras sale de tu garganta un grito incontrolado de horror, o prefieres más bien ir hundiendo suavemente los remos mientras contemplas las diminutas gotas marcar sus fugaces estelas en la superficie del agua... siempre, inevitablemente, acaba llegándote la poderosa llamada de la naturaleza, un aviso implacable de que debes cumplir una de las funciones fisiológicas básicas del ser humano... En breves palabras, y evitando seguir con eufemismos cursis, te das cuenta de que TIENES QUE IR A CAGAR. Entonces, sobre todo si estás practicando tu deporte favorito en un lugar que goza de una avanzada conciencia ecológica, donde se considera que es tu obligación llevarte TODO lo que has traído contigo, deberás recurrir a un RETRETE PORTÁTIL. Estos aparatos, de los cuales se comercializan diferentes modelos y variantes en el mercado actual, pueden ser fuente de diversas aventuras de naturaleza escatológica, como las que el autor ha reunido en este breve pero impactante volumen. Tanto si es para compartir esta lectura traviesa con tus compañeros alrededor de la hoguera, o para dejarla en el baño para el disfrute e inspiración de tus huéspedes, La gran cagada constituye el mejor complemento de la rica tradición oral que gira en torno a nuestra naturaleza salvaje.