Un joven huérfano, William Seymour, es destinado al servicio del rey, aunque es un héroe más nominal que real. Como en las otras novelas de Marryat, el interés recae los pintorescos incidentes de la vida del mar y el estudio de caracteres de unos personajes llenos de vida. Por más que el autor proteste, es evidente que el capitán M, el capi­tán de la Aspasia, es un muy buen retrato de lord Cochrane, y no es difícil adivinar que el capitán Capperbar es la caricatura de algún conocido personaje de la época. El más celebrado pasaje de la obra es, sin duda, la descripción del combate, en medio de una terrible tormenta, entre la Aspasia y un navío francés, que se extiende desde el capítulo LI hasta el LIV Un combate que no es pura invención, sino una reelaboración de un hecho his­tórico, del cual fue protagonista Edward Pellew, visconde de Exmouth, al comando de la Indefatigable y en compañía de otra fragata, la Arnazon, en la mañana del 13 de enero de 1797.