La cultura contempor谩nea condena a los te贸logos al destierro porque no comparten las grandes inquietudes de la sociedad actual, porque se ocupan, a su entender, de cuestiones perif茅ricas. Por otra parte, se les reprocha su falta de libertad de pensamiento, su sumisi贸n a la Escritura y a la autoridad eclesial. La marginaci贸n y el destierro no son el destino ineludible de la Teolog铆a. Las dificultades presentes no llevan necesariamente a la desesperaci贸n o a la deserci贸n: podemos vislumbrar un futuro mejor. El retroceso sociol贸gico del cristianismo en Occidente no afecta necesariamente a la vitalidad de su pensamiento. Eso es lo que afirma el conocido te贸logo franc茅s Christian Duquoc, que analiza con perspicacia las causas de la penosa situaci贸n de la Teolog铆a hoy y da pistas transitables para dejar definitivamente el exilio y participar como una voz m谩s en el debate p煤blico contempor谩neo.