Enero de 1793, Francia lleva tres años de revolución y los problemas económicos y sociales se acentúan. Las distintas facciones políticas son incapaces de gobernar y las luchas internas se resuelven, con demasiada frecuencia, en la guillotina. Con el objetivo de acabar con el terror, se organizará una conspiración para impedir la ejecución de Luis XVI.