Como en tantos cuentos de la tradición, se muestra de forma simbólica la vida en toda su crudeza, sin dejar lugar a proteccionismos remilgados. En este caso, una narración circular resulta muy adecuada para mostrar el ciclo natural de la vida. Un esquema repetitivo a base de estribillos y de fórmulas simétricas aporta musicalidad y facilita la memorización del cuento. Las ilustraciones, muy impactantes en potentes colores, a doble página, resaltan el protagonismo de cada personaje y aportan expresividad a esta historia que sigue un esquema acumulativo, recurso muy utilizado en la literatura oral.