Desde 1997, la ciudad de Bilbao alberga uno de los principales y más llamativos centros culturales de Europa. El edificio del Museo Guggenheim de Bilbao, construido por el arquitecto norteamericano Frank O. Gehry, es una obra de arte en sí mismo. La innovación de su diseño obedece a una serie de volúmenes interconectados, especialmente producidos para facilitar el recorrido interno de las galerías y crear un ambiente de ligereza y gran plasticidad. Realzados por el esplendor de la ría que los rodea, los distintos módulos presentan la curiosidad de estar recubiertos íntegramente en piedra caliza y titanio, conectados mediante muros cortina de vidrio. De esta manera, por medio del agua, el metal y la piedra, el autor se ha propuesto rendir un homenaje al País Vasco en su calidad de tierra rica en recursos naturales y tradición industrial. Su interior alberga realizaciones de algunos de los mayores artistas del siglo XX. Pero ni siquiera creadores como Alberto Giacometti, Vasily Kandinsky o Marc Chagall logran eclipsar el asombro que despierta su diseño innovador. Una muestra de que Bilbao está decidida a transformarse en una de las grandes ciudades europeas del siglo XXI.
