Las estanter铆as de las librer铆as est谩n llenas de ejemplares que inciden en que el nacionalismo (a poder ser el ajeno, especialmente el de las naciones sin estado reconocido) es fruto de la llamada de la sangre, de oscurantistas sentimientos at谩vicos o de perniciosos deseos excluyentes. Por el contrario, el libro que el lector tiene entre sus manos parte de una perspectiva completamente diferente. Plantea que el nacionalismo y la conciencia nacional son fen贸menos propios de la Modernidad y de la Era del Nacionalismo. Es decir, est谩n hist贸ricamente circunscritos y relacionados con el cambio moderno y con los valores a 茅l asociados, como el desarrollo del estado y de la burocracia en el plano pol铆tico; de la industrializaci贸n y de la urbanizaci贸n en el plano socio-econ贸mico; y de la democracia, la secularizaci贸n y la soberan铆a popular en el plano ideol贸gico y cultural.