Todavía hoy, el solo nombre de América ya despierta en el hombre europeo, toda clase de fantasías y fábulas hasta el punto de que sentencias como «hacer las Américas», parece concretar todos los sueños y anhelos que movieron a las aventuras en el doble continente. Por otra parte, Oceanía, tierras con nombre marino, líquido elemento primigenio, que impregna sus costumbres y creencias. Sin olvidar el atrayente misterio de la isla de Pascua.