Machín nació en 1903, en Sagua la Grande, La Habana. Su infancia fue una aventura propiciada por una obsesión: ser cantante. Llegó a España después de haber triunfado en Nueva York, en Londres y en París. El clima de la posguerra y su forma romántica y melancólica de interpretar la canción, pronto lo convirtieron en una leyenda; un mito que arrulló con su voz el amor de varias generaciones (desde 1939 a 1977, año de su fallecimiento), y que incluso ha llegado a formar parte del habla cotidiana: Estar más sonado que las maracas de Machín, Moverse más que las maracas de Machín... Gracias a los documentos, testimonios escritos y gráficos inéditos, así como a declaraciones de familiares y amigos, Eduardo Jover nos introduce con maestría en la apasionante vida de Antonio Machín. Una obra que indaga en los aspectos humanos y profesionales menos conocidos del gran cantante universal. El aventurero empedernido, el galán ideal y gran enamorado de su esposa sevillana, que logró ser el primer artista negro que actuó en el Casino Nacional de La Habana y que conquistó América. El trabajador infatigable que con más de setenta años afirmaba: Retirarme? ¿Retirarme ahora que acabo de empezar? No, hijo, no. Todavía tengo toda una vida por delante. Hoy, después de veinticinco años de ausencia, y casi al cumplirse el primer centenario de su nacimiento, todos los españoles conservan algún recuerdo de Machín en la memoria o algún lejano y dulce sentimiento en el corazón.