Muchas son las técnicas diagnósticas de imagen que han contribuido a la mejora de estos resultados en Oncología, ejemplo de ellas son la ecografía, la mamografía, la gammagrafía, la TAC o la resonancia magnética, si bien ninguna de ellas nos informa de las diferencias biológicas de las células normales y tumorales. La tomografía por emisión de positrones (PET) introducida en la clínica en los últimos años es una técnica de imagen que valora a la actividad metabólica celular, y concretamente la mayor avidez de las células neoplásicas por la glucosa, lo que se aprovecha para, utilizando marcadores como flurodeoxiglucosa, recoger información complementaria a la ofrecida por las otras técnicas de imagen. Algo de la mayor importancia es además la seguridad que presenta la PET tanto para el paciente como para los trabajadores siempre que obviamente se respeten las normas existentes.