En el curso de los últimos años constatamos el marcado crecimiento de trabajadores profesionales y no profesionales de diversas disciplinas, interesados en procurar una ayuda psicológica a los pacientes o clientes . Entre estos, se encuentra un gran número de profesionales de la salud. En efecto, muchos han comprendido que el hecho de ofrecer apoyo técnico o un consejo de experto no son suficientes para la eficacia de sus acciones. Sea cual sea su trabajo, su clientela pide ante todo ser acogida, escuchada y comprendida. Aunque posean los profesionales muchos elementos de las respuesta que buscan los clientes, sin embargo éstos necesitan que se les ayude a descubrirlos; que se les apoye emotivamente en la aceptación de estas respuestas y en la forma de aplicarlas en su vida cotidiana. En bastantes casos, este apoyo se convierte en la mayor ayuda que los profesionales puedan aportar.