El último puerto es una historia de mujeres, de esas mujeres que tuvieron que enfrentarse a un mundo hecho para los hombres, de mujeres que quisieron escribir ellas mismas el guión de su vida y que pagaron por su insumisión con la soledad, con el desprecio, con la locura. Pero que también supieron construir su independencia y su felicidad en los rincones recónditos de su intimidad. La novela cuenta la historia de los Villa, una familia acomodada de origen maltés afincada en la isla de Madeira pero que mantiene vivos sus vínculos afectivos y míticos con la lejana Malta. Raquel Passos Villa, alrededor de la cual giran el resto de protagonistas, sueña con viajar, con ver la tierra de sus antepasados, pero su deseo se debate en una sociedad patriarcal y cerrada que atribuye a las mujeres una única función: ser esposas devotas y madres sacrificadas. No hay espacio en ese mundo para sueños femeninos: la libertad es un privilegio exclusivo de los hombres. La bella isla de Madeira es al mismo tiempo un decorado paradisíaco y una prisión del alma. En ese espacio fascinante y claustrofóbico, un puñado de mujeres luchan por sobrevivir frente a la sofocante opresión de un papel férreamente determinado desde su nacimiento. Constança, Marta y Maria, Raquel, Maria dos Anjos, Catarina Isabel, Luciana... son como antorchas en el largo camino hacia la libertad.
