El autor sobrevuela como un águila nuestro mundo y en cuanto ve una presa se lanza a por ella en picado y la descuartiza en sonetos, o confecciona con sus restos una cuaderna vía que se diría llega desde los orígenes de nuestro idioma. Personajes de la política, de la cultura, de la educación, del arte, del deporte, de la sociedad, muestran así, tras la acción del poeta, aspectos que hasta ese momento habían permanecido ocultos a ojos de todos. Nadie vuelve a ser el mismo. La estirpe de Quevedo sigue viva.