La premonitoria intuición de Lope de Vega funde en su arte vida y literatura en un complejo juego de máscaras poéticas. Su voz, auténtica y teatral, sincera e impostada a un tiempo, ha sido siempre cauce privilegiado para la sentimentalidad de sus lectores. En su dilatada trayectoria poética encontramos todas las tendencias y corrientes de nuestro barroco: desde los romances moriscos y pastoriles o la poesía octosilábica en la estela de los cancioneros del siglo XV, hasta la lírica petrarquista de los sonetos y canciones, la poesía sacra, las fábulas cultistas, las epístolas familiares, las églogas, la épica en todas sus variantes, la poesía burlesca, los villancicos y seguidillas de acentos populares... El dominio pleno de este cúmulo de posibilidades y la constante vocación de búsqueda e innovación le permiten acrisolar, en una poesía de variedad e intensidad rara vez igualadas, los sentimientos y las emociones nacidos de su experiencia vital y de su fervor por el instrumental literario.
