pesar de que algunos países industrializados están poniendo en marcha numerosas iniciativas para corregir los problemas ecológicos, se mantienen los procesos destructivos más importantes: escalada del consumo y destrucción de materiales y combustibles fósiles, destrucción de suelo agrícola y de biodiversidad, uso y dispersión creciente de sustancias peligrosas, emisiones de gases invernadero, etc. Esto ocurre porque no se comprende el calado de esta destrucción ni su causa última: una visión de la especie humana que se sitúa por encima del resto de las especies, dueña de la naturaleza, y que identifica el progreso con el dominio y sometimiento de la Tierra mediante el desarrollo tecnológico, con la creación de una economía altamente competitiva o con la acumulación ilimitada de bienes materiales. Por ello, una economía sostenible sólo se puede alcanzar a partir de un cambio civilizatorio que asuma, entre otros, los siguientes principios: los seres humanos somos parte de la naturaleza -no tenemos un valor intrínseco superior a las demás especies-, y somos administradores de la Tierra y no sus dueños. Al ser parte de la naturaleza, la economía humana sólo puede ser un subsistema de la economía natural de los materiales y la energía, y para alcanzar la sostenibilidad debe someterse a sus normas, es decir, cerrar los ciclos de los materiales y utilizar exclusivamente fuentes de energía renovables. > Roberto Bermejo Gómez de Segura (rbermejo@bakeaz.org) es ingeniero industrial, doctor en Economía y profesor del Departamento de Economía Aplicada I de la Universidad del País Vasco. Es miembro del Área de Economía sostenible de Bakeaz. Su labor como investigador se centra en el diseño de una economía sostenible. Es autor, entre otras publicaciones, de los libros Manual para una economía ecológica (Madrid, Los Libros de la Catarata/Bakeaz, 1994), Libre comercio y equilibrio ecológico (Bilbao, Bakeaz, 1996) y Economía sostenible. Principios, con
