No podría ser más oportuna esta edición en español. La creciente complejidad de los análisis para determinar microcontaminantes, especialmente orgánicos, y la aplicación de las Directivas Comunitarias, en su versión española, obliga aún más, si cabe, a un rigor en la analítica que sólo podrá conseguirse si se siguen métodos confirmados y seguros.