Selección y edición de Hilda R. May. Visionario y concupiscente a la vez, el pensamiento erótico se ofrece en este libro en un registro múltiple de textos que van de la figura a la transfiguración, en el acorde del encantamiento. Así, hay poemas plácidos, turbulentos, «desamorados», misteriosos, de vibración armónica o de vibración convulsa, frescos, oscuros, urgentes o lentísimos; más allá de esos riesgos de la poesía de amor que son la liviandad y el patetismo. Llama la atención el tratamiento de las loci memoriae en estos ejercicios de rescate del horizonte vivido y, por otra parte, el pulso para pintar en unas líneas la maravilla perdurable de la Mujer desde el destello de la armazón fisiológica.