La memoria de un hombre muere con 茅l. Para defenderse de esta transitoriedad, ha desarrollado las memorias artificiales, la m谩s antigua de las cuales es la escritura. Luego aparecer铆an la fotograf铆a, el fon贸grafo, los v铆deos, los discos compactos, las computadoras, los hologramas... A su vez, fil贸sofos, bi贸logos y psic贸logos, al elaborar sus propias interpretaciones de la mente, se han servido siempre de met谩foras, desde la tablilla de cera de Plat贸n hasta los ordenadores, pasando por los bosques y laberintos del romanticismo o la pizarra m谩gica de Freud. Douwe Draaisma, en este recorrido por la historia de la mente, descubre que las met谩foras de la memoria son como f贸siles, que descubren al lector una valiosa informaci贸n acerca de cada 茅poca, las realizaciones culturales y materiales de la misma, y c贸mo las perciben sus creadores.