Francisco Pino, con posterioridad a la Guerra Civil, en su retiro del Pinar de Antequera, ha ido elaborando rigurosamente una copiosa obra poética que abarca desde la lírica de raigambre tradicional hasta los más audaces experimentos de vanguardia. Alejado del mundillo literario, su escritura ha tardado en abrirse paso entre lectores y críticos, aunque cada vez son más numerosos quienes la sitúan entre las voces más notables de la poesía española actual.