La poesía de Jesús Hilario Tundidor sigue un proceso de creación basado en experiencias personales cognoscitivas, vitales y reflexivas que inciden en los impulsos creadores como plenitud emocional y enriquecimiento de una visión propia y original del mundo. Visión que se ofrece a través de imágenes y metáforas de significado múltiple, con posibilidades opertivas de selección, trascendencia y adecuación a las fajas más emotivas de la subconsciencia. Se genera así un poema vibrante, sustraído del estrato profundo de la realidad vivida, de símbolos polisémicos que interpretan la extensión caótica de lo real convocando, a la vez, en los procesos de la intuición, el subconsciente colectivo integral del hombre en la búsqueda permanente del sentido profundo de la existencia. Bajo el signo de la precariedad de la conciencia dialéctica del hombre contemporáneo frente a sí mismo y frente a la colectividad de la que forma parte, Las llaves del reino supone, además de una superación de la poesía tundidoriana, una ruptura de carácter literario en las propuestas generales de nuestra poesía.