Durante los primeros mil años después de Cristo, innumerables mercaderes, misioneros, monjes, mendicantes y militares viajaron por la vasta red de caminos de Asia central conocida como la ruta de la seda. Esta ruta conectaba Europa, la India y el Lejano Oriente y atravesaba muchos paÃses y asentamientos, desde la espléndida ciudad de Samarkanda hasta las más pequeñas aldeas del desierto. Los comerciantes compraban y vendÃan ámbar del Báltico, lapislázuli de Afganistán, seda de la China y lana de las estepas de Mongolia. Los monjes budistas itinerantes, los sacerdotes maniqueos persas, los zoroastristas y los cristianos nestorianos buscaban conversos entre los habitantes del desierto. Y los narradores de historias, los acróbatas, los músicos, los bailarines, las cortesanas, los adivinos, los vendedores ambulantes y los hacedores de milagros exhibÃan sus habilidades en mercados y templos. Este libro narra las vidas de algunas de estas personas y de las ciudades de Asia central en las que vivieron desde los siglos VIII al X. Basándose en fuentes contemporáneas a la época en cuestión y mediante la utilización de apasionantes historias reales, demuestra que, mientras Europa se hallaba aún sumida en lo que se denomina la edad oscura, algunos emperadores que poseÃan toda suerte de lujos, con una gran tradición artÃstica y cientÃfica, luchaban entre sà por el control de la mayor ruta comercial de la historia. Una ruta, en fin, que acabó eclipsada por el comercio marÃtimo y de la que hoy en dÃa apenas quedan algunas ciudades en ruinas y cubiertas de arena, cuyos habitantes vuelven ahora a la vida gracias a las inigualables dotes narrativas de Susan Whitfield.
