A pesar de que el erizo Beltrán vivía muy feliz en su prado, cuando se hizo mayor decidió marcharse y ver mundo. ¡No lo podía evitar, era muy curioso! Así que un buen día abrazó a su madre y a sus hermanos, y dijo adiós a sus amigos: conejos, ratones, topos, mariposas lagartijas, pájaros... Estaba triste, claro, pero también alegre porque viajar es emocionante. Había decidido ir al bosque, un lugar misterioso, donde, según le habían dicho, viven gentes extrañas y vagan las sombras sin dueño... En esta nueva aventura del erizo Beltrán, Concha López Narváez y Rafael Salmerón te presentan más historias sobre la naturaleza y sus habitantes para que puedas aprender y pasarlo bomba mientras leer; ¡ah!, y recrear a tu gusto la escena que más te haya gustado de esta historia.