Puesto que la única arma de que disponemos contra la Covid-19 son las vacunas -antes de que llegue la inmunidad de grupo-, en este libro insistiremos en que, para mejorar los efectos de la vacunación, la población debe reforzar su sistema inmunitario. No se pretende pues, el tratamiento en la fase aguda, sino ayudar a que los asintomáticos positivos puedan hacer algo para reforzar la acción de los linfocitos B y T, así como fortalecer los telómeros, evitando así caer en una fase peligrosa en su salud. Además, y esto es lo más importante, el resto de la población no afectada podrá reforzar sus defensas orgánicas y evitar ser infectados.