El mundo ha sufrido diversas convulsiones: conflictos étnicos, religiosos y nacionalistas que a su vez han coincidido con crisis de eficacia y legitimidad que han atravesando las democracias occidentales. En el presente libro, Chantal Mouffe arguye que la teoría de la democracia liberal es incapaz de comprender esos problemas, sobre todo dada su concepción inadecuada y esencialista de la política. El universalismo, el racionalismo y el individualismo de la teoría liberal acaban por provocarle un fuerte bloqueo ante la especificidad de lo político, principalmente frente al papel esencial que desempeñan los antagonismos y el poder en la vida social. Mouffe está convencida de que las revoluciones democráticas, que tanto esfuerzo costaron, podrían verse minadas por este tipo de comprensiones erróneas respecto a las fuentes de la identidad política. Concebida como un desarrollo del programa que la autora ya avanzó, con Ernesto Laclau, en Hegemony and Socialist Strategy, esta obra muestra que las categorías centrales de la teoría política ?la ciudadanía, la comunidad y el pluralismo? necesitan ser reformuladas desde una perspectiva antiesencialista. De este modo, Mouffe confluye críticamente con la obra de Carl Schmitt y John Rawls, así como con el desafío planteado por la teoría femini...
