Dirigida a teólogos, filólogos, sociólogos y a todos los interesados por el cristianismo y la historia antigua, en el primer capítulo se aborda el origen judío del cristianismo y su conversión de religión nacional en religión universal de la mano de Pablo de Tarso. En el segundo y tercero se hace un repaso desde la creación de las primeras comunidades en Palestina hasta el decreto de Teodosio que convierte al cristianismo en la única religión oficial del Imperio romano. En el capítulo cuarto se detallan las instituciones y la organización eclesiásticas de los primeros siglos. Las corrientes heterodoxas, así como los cismas más destacados, se exponen en el capítulo quinto. El último está dedicado al legado y testimonio escrito, es decir, a la literatura cristiana, con una selección de textos, traducidos y comentados, sobre los momentos y motivos más destacados. La mayoría de los testimonios proceden de la propia literatura cristiana, ya sea bíblica, apostólica, apologética o patrística.