Santi está castigado porque ha hecho una trastada: ha derramado el aceite sobre la alfombra antigua del salón. Esa noche piensa tan intensamente en su amigo imaginario que este, por primera vez, se aparece. Se trata de un pequeño dragón azul al que Santi llama Lumpi Lumpi. Juntos viajan hasta Marruecos en busca de una nueva alfombra. Después de muchas aventuras, además de la alfombra, encuentran también una lámpara idéntica a la de Aladino pero, socorro, Lumpi Lumpi derrama sobre la alfombra el aceite que contiene...