"Los años 60, en Italia: éxtasis puro, brillantes, maduros, apasionados, sobrealimentados, desbordantes de sexo, salvajes, fecundos, al borde de un vértigo provocado por toda una energía positiva. Roma, la antigua diosa, cantaba su secreta canción embrujadora. Cualquiera que viviera era víctima de esa magia colectiva, de aquella época de electrizante optimismo. Y emergiendo del lado oscuro, nace el mejor período del horror cinematográfico italiano. Un cien que sabe exprimir todos nuestros deseos reprimidos y nuestras obsesiones secretas, del incesto a la necrofilia, afirmando la ligazón entre sexo y muerte?" Barbara Steele.