Quiero darte un consejo: no leas este libro. No lo leas si no eres capaz de mirarte por dentro, ver tus pedazos y sonreír pensando en volver a volar. No lo leas si no eres capaz de sostenerte la mirada en el espejo, gritar tu verdad y besarte los sueños. No lo leas si no te atreves a ser tú mismo, a sentirte libre y a vivir. Mejor no lo leas. Porque quizá te acabes encontrando en sus páginas.