Para Antonio Miguel Bernal este viaje por la cuenca del Guadalquivir del autor inglés Paul Gwyne, publicado originalmente en 1912 y ahora vertido por vez primera al castellano, resulta, ante todo, singular. Singular por el personal enfoque que adopta, por la escasez de de tópicos y de lugares comunes que acarrea y por no tener un antecedente claro en la bibliografía andaluza de temática viajera. Paul Gwyne , viajero con ribetes de escritor o viceversa, ingeniero hidraulico de profesión, recorre el Guadalquivir desde su nacimiento en la Sierra de Cazorla hasta su desembocadura en Sanlúcar y nos habla de paso de geología y de economí, de sus ciudades y de sus ueblos, de sus más recónditos lugares, de las distintas culturas asentadas a lo largo de los tiempos en estas tierras y de los andaluces del momento, principios del siglo XX, más cercanos, quizás, a los que vieran otros ingleses, como George Borrow o Richard Ford , que a los andaluces de la actualidad.