Los niños y adolescentes con talentos y altas capacidades poseen habilidades superiores en muchos campos y demandan una educación específica para desarrollar todos los ámbitos de su personalidad. Si se les proporciona, pueden llegar a ser una gran riqueza para el mundo la sociedad; pero, si no se les orienta adecuadamente, pueden fracasar e, incluso, tener problemas afectivos y de adaptación con repercusión negativa en su comportamiento personal y social.