Una fría mañana de octubre de 1813, 2.250 soldados españoles divisan entre lágrimas la abrupta costa de Cantabria. Son los componentes del regimiento Imperial Alexandro, formado en San Petersburgo bajo los auspicios del zar con los restos de las tropas españolas que, encuadradas en la Grande Armée napoleónica, habían penetrado en Rusia en junio del año anterior. Al mando del primer batallón, a bordo de la fragata Retreat se encuentra el comandante de Infantería don Rafael de Llanza y de Valls, que había salido de Barcelona el 3 de enero de 1806 como capitán en el regimiento Guadalaxara. Han pasado casi ocho años de peregrinaje y combates por toda Europa. Desde la vida alegre y despreocupada de guarnición en Florencia hasta la invasión de Rusia, guerra que les era ajena y en la que se vieron envueltos por circunstancias imprevisibles, han sufrido una penosa travesía por Europa de sur a norte, combates en el Báltico, traición en Dinamarca y prisión en Francia, siempre con engaños, ilusiones y esperanzas truncadas, pero no han dejado de lado en ningún momento la preocupación por las noticias confusas que les llegaban de la patria lejana. Heroicidades y cobardías, crueldades y abnegaciones, satisfacciones y desengaños, victorias y derrotas, fueron recogidas por don Rafael de Llanza en un diario que conservan sus descendientes como una reliquia y en el que se ha basado esta novela en la que apenas ha hecho falta intercalar fantasía alguna.
