A mediados de los años setenta, mientras trabajaba con Ram Dass y enseñaba técnicas de meditación en las prisiones de California, Stephen Levine conoció a Elisabeth Kübler-Ross. En los años posteriores dirigió seminarios con ella y aprendió de los enfermos terminales tanto la necesidad de acceder a niveles de sanación más profundos, como la alegría que proporciona servir a los demás (Un despertar gradual, 1979). En 1980 empezó a impartir seminarios con su esposa Ondrea mientras seguían ayudando a enfermos terminales y a personas afligidas por una pérdida.Durante tres años Ondrea y Stephen mantuvieron abierta una línea telefónica gratuita para los que hacían frente a una enfermedad severa o a la posible muerte de un ser querido (Encuentros en la orilla, 1984).