Las aventuras de Joseph Andrews representan una hilarante construcción de la sociedad británica de su tiempo, pero sin duda trascienden no sólo a su época sino también a su entorno. El carácter satírico de sus páginas se asemeja a la propia vida, describiendo una realidad universal en la que caben todas las pasiones humanas. A semejanza de la figura de don Quijote, el sorprendente Vicario Adams conseguirá mantener el afecto de los lectores, a pesar de su absurdo comportamiento, gracias a las virtudes que lo adornan. La magnífica recreación de unos personajes que se escapan de la moral dominante, y el soberbio dominio de la trama, hacen de esta novela un auténtico placer para los sentidos, tan vivo hoy como hace más de dos siglos.