En este segundo libro del poeta segoviano David Álvarez, la eterna magia del amor ronda por sus páginas. Pero también el delirio. El amor frente al espejo es, sin duda, una obra en donde se recoge el reflejo, en todos nosotros, de un sentimiento que a veces alcanza unos límites inexpugnables e incontrolables. Ciertamente, sólo el amor es capaz de dar significado al reflejo de una mujer ante el espejo. El autor de este libro, como cualquier persona, se deslumbra ante el vértigo que un beso deja en el recuerdo de un enamorado, en ese lento deshabitar de un cuerpo al estremecerse por una caricia, en ese otro “yo” que invade el espacio inconfesable de la soledad. De este modo, van surgiendo en las palabras que componen estos versos, el perfume invisible que acecha en la mirada de los enamorados, y que lentamente va muriendo a causa de lo efímero de los sentimientos, mientras caen al vacío las hojas de un calendario que arrastra el recuerdo de un adiós, que ronda por esas noches vacías que son gobernadas por el destino.