La osteoartrosis, en tanto que manifestación del envejecimiento del aparato locomotor, es una patología de larga duración cuya incidencia crece de forma paralela al aumento de la esperanza de vida. Los enormes costes derivados de su tratamiento, que se reflejan en los gastos que supone la instalación de prótesis, la incapacitación de quienes la padecen y el consiguiente deterioro de su calidad de vida hacen de ella un problema de salud pública cada vez más importante. El estudio y conocimiento de la bioquímica y la biología del tejido conjuntivo, en particular de la compleja maquinaria que es el condrocito, promueve la idea de que existen nuevos mecanismos patológicos que podrían dar origen al desencadenamiento de la enfermedad. Por otro lado, la investigación clínica ha permitido delimitar el perfil evolutivo de los distintos tipos de osteoartrosis, sus factores de riesgo y de progresión, abocando en la mejora de la prevención y suscitando nuevos enfoques terapéuticos.