En este libro se realiza un análisis de la influencia de los modelos urbanos y arquitectónicos occidentales en la visualidad del espacio público de la ciudad de Tokio y en la creación de una nueva conciencia de ciudad, durante los años comprendidos entre 1868 y 1930. La primera fecha señala el comienzo del gobierno Meiji y con él, el fin del periodo shogunal en Japón, el establecimiento de Tokio como capital –en sustitución de Kioto– y el inicio de los procesos de occidentalización y modernización del país; la segunda, el término de los trabajadores de reconstrucción de la ciudad de Tokio después del Gran Terremoto de Kantô, ocurrido el 1 de septiembre de 1923, y la implantación del fascismo como política de gobierno. En el plano estético, 1868 significa la apertura hacia el urbanismo y la arquitectura occidental; 1930, la concreción de ese proceso y la aparición del racionalismo arquitectónico y de la vertiente nacionalista conocida como “estilo imperial”.