El Director del Banco vaticano descubre un terrible escándalo: dentro de Vaticano son malversados fondos a gran escala. El clérigo se confía a la periodista Elena Vida y poco después es asesinado. Luego, otros religiosos de alto grado mueren de manera horrorosa: se incineran desde su interior, por combustión espontánea. Para salvar a Elena, Alexander Rosin, el antiguo Guardia Suizo, toma el caso y descubre que se trata de algo más que de dinero: casi todos los muertos pertenecieron a los denominados «Hijos de Ángeles», que se consideran descendientes de ángeles, y dentro de ese grupo se encuentra incluso el Papa. Alexander descubre que se financiaron excavaciones de una antigua ciudad etrusca con el dinero desfalcado. Alexander se acerca más y más al centro de la conspiración pero... ¿puede detenerse el Mal? «¿Para qué necesitáis a vuestros sacerdotes cuando ya tenéis a vuestros artistas», preguntó un día Victor Hugo. Con estas palabras podría sentirse Jörg Kastner plenamente justificado.» Main-Echo