Estas páginas que el lector tiene en sus manos se proponen iluminar algunas de las crisis, puse ser ocasión de crecimiento o de disolución definitiva… y lo hacen, no desde la nostalgia del paraíso perdido o el anhelo de la utopía -la República perfecta que tantas verificaciones teóricas ha tenido a través de nuestra historia y, algunas, trágicamente llevadas a la praxis política_; sino desde la confianza básicas en la realidad, fundamento de la verdad y del bien. Son páginas grávidas de auténtico optimismo, que no consiste en juzgar como verdadero, bueno o hermoso lo que no lo es, sino en la serena y responsable confianza en la naturaleza humana que gravita hacia la unidad, la verdad, la bondad y la belleza… y que gime y sufre, algunas veces con dolores de parto, otras -la mayor parte de las veces- con mudos gritos, en el exilio de la fragmentación, el error, el mal y la fealdad… o de sus heraldos postmodernos: la independencia, la verificación, la utilidad y la sensualidad.(Ángel Sánchez-Palencia, en la Introducción)
