Para no olvidar no es, aparentemente, un libro de cuentos ni una novela, sino —como indica su subtítulo— un libro de crónicas, de pequeñas reflexiones, recuerdos y sensaciones. Pero estas prosas son tan profundamente ficción, ficción clariceana, como sus grandes novelas. Algunas son verdadera poesía, como El secreto , otros embriones de novela como La sensible . Pero incluso cuando son realmente crónicas, es decir interpretaciones de un suceso real, como Brasilia o la espléndida Mineirinho , esa realidad se transfigura, porque Clarice Lispector nos lleva siempre más allá de la realidad y más allá de los límites de la palabra; con ella vamos directos al núcleo puro de lo “neutro-vivo”.