Se pone al alcance del lector una recopilación de escritos sobre Ramiro Ledesma Ramos cuyo prólogo me ha sido encomendado, tarea que asumo como un honor que se me concede y con la humildad de quién no es más que un admirador de todos los héroes de nuestro pueblo que han sabido unir la pluma a la espada para intentar esa empresa mítica en que se ha convertido la Revolución Nacional en España. Empresa de la que Ramiro Ledesma fue su último trovador, su más avanzado vanguardista y su teórico más brillante. Por eso a la España chata y soez de nuestros días conviene tenerle olvidado. Un país que tiene por cultura a la telebasura, por héroes a una tribu de majaderos dedicados a labores puramente circenses y por políticos a una secta de burócratas vendepatrias a sueldo de la plutocracia más corrompida y de poderes extranjeros, es difícil que pueda encontrar nada de provecho en un joven intelectual y revolucionario que vivió hace más de siete décadas. Pero todo ello hace de estos Escritos sobre Ramiro Ledesma Ramos un libro de culto para minorías políticamente incorrectas, que gusten del verbo agrio y una actitud agresiva, temeraria y valerosa. Minorías que como Ramiro no hablan, disparan palabras, golpean con argumentos y, como Nietzsche, filosofan a martillazos. [...] Por eso, advierto al estimado lector que tiene en sus manos un libro subversivo que convierte a su portador en sospechoso de ser cómplice de todas las plagas de todos los egiptos que en el mundo caben. Cuídese el lector de estas páginas de la mirada inquisitorial del policía del pensamiento, disfrazado de vecino, compañero de trabajo y aula o será señalado con el dedo, marcado con el infundio, mirado con desconfianza y, quién sabe, si denunciado ante el gorila de turno, siempre vigilante de que la libertad quede encarcelada en los estrechos márgenes que permite el poder establecido.