La selección de relatos que conforman este volumen hacen parte de un libro más amplio titulado por su autor Sólo cuentos para niños. Aquí se encuentran algunos que tratan sobre el aspecto de algunos animales: la ballena, el dromedario, el rinoceronte, el leopardo, el elefante y el armadillo. Aunque Kipling fue toda su vida un observador concienzudo de la naturaleza, nunca le interesó describirla tal cual, más bien se interesaba por dotarla, con su amena y excelente prosa, de magia, juego y, a pesar de que parezca contradictorio, veracidad. Estos relatos están lejos, entonces, de ser un tratado de zoología; sin embargo, su imaginación audaz propicia un acercamiento a la realidad, en la medida que invitan a cuestionar el porqué de las cosas; Kipling fue un creador de mitos. Estos textos están pensados para que los adultos los lean a los niños, cosa que obligaba, además, al autor a garantizarles también a ellos un relato ameno e interesante. El autor. Hijo de un artista y una poetisa ingleses, nació un 30 de diciembre en la población india de Lahore, capital del reino de Punjab, por entonces parte del Imperio Británico. En 1882, al regresar de una larga temporada en Inglaterra, se emplea como editor en un periódico. Más adelante emprende un viaje alrededor del mundo que culmina con una nueva visita a Inglaterra, donde ya era ampliamente reconocido por sus escritos. En adelante lleva una vida de viajero y prácticamente conoce todo el mundo. En 1892 se casa y se instala en Estados Unidos donde escribe sus obras más famosas: El libro de la selva, El segundo libro de la selva y Capitanes intrépidos, entre otras. Posteriormente vivirá en África del Sur e Inglaterra. En 1907 recibe el premio Nobel de Literatura y en seguida emprende un nuevo viaje: Canadá, Egipto, las Indias Orientales y Brasil. Muere un 18 de enero en Inglaterra, un día antes del fallecimiento de un gran admirador suyo, el rey Jorge V.